miércoles, 5 de enero de 2011

Crème Brûlée

Y aquí va mi primera entrada en condiciones del año....


En Venezuela descubrí una cafetería que me encantaba. Su nombre "Arábica". Tenían todo tipo de cafés deliciosos, siempre me ha gustado el sabor del café (con leche). 

Además de café de todas partes del mundo, lo más delicioso que tenían eran sus postres. Me sentaba allí a imaginarme que yo podría tener una cafetería así, chic y deliciosa. Entre mis favoritos se encontraba la Crème brûlée, una "natilla" tan delicadamente perfumada a vainilla y con esa capa tan crujiente de azúcar. En el fondo siempre quedaban unos puntitos muy pequeñitos de color negro, que me preguntaba que serían. 

Pues bien, el año pasado, en una tienda de Casa, me tope con el quemador a muy buen precio y con los tarritos adecuados y muy bonitos, así que me hice con ellos, esperando el momento perfecto para intentarlo. Y ese momento llegó la pasada Nochebuena. Quedó deliciosa, aunque no perfecta, ya que la capa de azúcar estaba demasiado gruesa para mi gusto (siempre se puede mejorar el primer intento, verdad?). La repetí en Nochevieja y quedó perfecta. Me recordaba a esa crema del café Arábica y conseguí incluso los puntitos negros con vainilla en polvo. Aquí te dejo la receta:

Ingredientes

500 ml de Nata
250 ml de leche
Vaina de vainilla o en su defecto extracto de vainilla
7 cdas de azúcar
7 yemas de huevo
Azúcar para quemar


Preparación

Llevar a hervir la nata con leche y la vainilla (si utilizas extracto de vainilla, con media cucharadita de café será suficiente). Dejala enfriar por 15 minutos para que la vainilla perfume bien y luego quitala. Mientras batimos, suavemente y a mano, las yemas con el azúcar y les agregamos muy lentamente los líquidos, para que no se cocinen. Se tiene que quitar la capa de espuma que se ha formado en la superficie de la crema, con mucho cuidado. Luego se coloca un pequeña cantidad en los potecitos, que tienen que ser bajos y se cocina en el horno al baño María, con la temperatura muy baja (unos 100º C) para que el agua no llegue a hervir, si ese sucede echar un poco más de agua en la base. Deberá pasar unos 40 minutos a una hora en el horno. Sacarla y dejar enfriar a temperatura ambiente. Cuando estén frías, las metes en la nevera cubiertas con papel transparente. 
Sacarlas unos minutos antes de servir y espolvorear con azúcar por encima, para luego con el quemador o una planchita, quemar la azúcar hasta formar una capa de caramelo muy delicada, que quedará crujiente.

Aquí les dejo una foto del proceso final. Lastima que no se me ocurrió hacer fotos de toda la preparación. Por cierto, en la tripa se está formando mi pequeña.


3 comentarios:

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